No existen razas peligrosas, sino dueños peligrosos. Según
profesionales reconocidos en el mundo, sólo el 30% de la conducta de un
animal tiene que ver con sus genes, y el 70% es ambiental, y el ambiente
del animal es el hombre”, .
Existen perros que por su
porte tienen una mordedura más peligrosa, pero según estadisticas el 95%
de los accidentes graves por mordeduras de perros se dan con animales
mestizos.
Sin embargo, cualquier perro puede morder, sin
importar la raza a la que pertenezca. En otras palabras, cualquier perro
es peligroso si no ha sido correctamente socializado desde cachorro y
educado.
El
problema de este tema, como siempre son las personas, no los perros.
Hay determinadas personas que nunca deberían ser propietaria de ciertos
perros, es más, ni siquiera de ningún perro en general. Los perros nacen
buenos y equilibrados "salvo los casos que ya nacen con algún tipo de
minusvalía, clínicamente probadas, o que en el tiempo hayan desarrollado
alguna enfermedad". Las razas se han ido desarrollando por el hombre
para cometidos concretos. De ahí la importancia, saber que aptitud y
característica tiene cada una de las razas, concretamente la que
queremos comprar o adoptar. Cada raza tiene unas necesidades concretas,
que durante el día a día, semana a semana, mes a mes etc… hay que
satisfacer y cuidar. Antes de comprar o adoptar conviene informarse con
un profesional, sobre la raza que nos gusta, y evaluar si nuestro
entorno familiar será capaz de integrar adecuadamente al nuevo perro, y
satisfacer sus necesidades. Y no me refiero a darle de comer y sacarle
hacer sus cosas…El dueño y su entorno tienen una responsabilidad. Qué
cuesta informarse antes de dar ciertos pasos, no ser caprichosos, y
basarnos en criterios meramente estéticos y superficiales. Luego pasa lo
de siempre…”es que no sabíamos que…”
El problema aparece,
cuando no somos capaces de convivir con nuestro perro, "aunque pensemos
que sí", ya que no le escuchamos, no disponemos de información ni
conocimiento suficiente para darle la vida que necesita, en todos los
ámbitos. Añadido a un nivel de energía tan diferente al del perro, que
no somos conscientes de lo que vamos provocando en nuestro perro, hasta
que ocurre…Y NOS SORPRENDEMOS. Claro, la culpa es del perro, como
siempre…”vamos a sacrificarle porque es un perro peligroso…”
Si
no controlamos nuestra “vida interior”, nuestro carácter, nuestra
energía, nuestro genio, malas actitudes, negatividad y un laaargo etc…,
tendremos problemas en la convivencia con personas, nuestros amigos,
parejas, familias, y por supuesto con los perros también.
Cuanto
tiene que haber sufrido y aguantado el perro, para llegar a reaccionar
de manera tan extrema, maltratos …físicos y psicológicos. Vivir en un
estado de estrés continuado, no les entendemos, no sabemos comunicarnos
con ellos, no saben por qué les hacemos las cosas con nuestra “lógica
humana”. Y encima pensamos que nos hacemos entender…
No existen razas peligrosas, sino dueños peligrosos. Según
profesionales reconocidos en el mundo, sólo el 30% de la conducta de un
animal tiene que ver con sus genes, y el 70% es ambiental, y el ambiente
del animal es el hombre”